HURTADO DE MENDOZA, DIEGO
Nacionalidad:
España
Granada
1503 – 1575
Hijo del duque del Infantado, don Iñigo
Hurtado de Mendoza, el conde de Tendilla inició sus estudios de leyes en
Granada, pasando después a Salamanca para ampliar sus conocimientos. Participó
en las guerras de Italia y entró en contacto con el Humanismo, convirtiéndose
en uno de los nobles más preparados de su tiempo. Carlos I le envió como
embajador imperial a Inglaterra en 1537 y dos años más tarde a Venecia. La
confianza depositada en don Diego por el emperador iba subiendo en enteros como
muestra su participación como delegado imperial en el Concilio de Trento en
1542. Los fracasos de la reunión conciliar le llevaron de nuevo a Venecia,
donde pasará los dos próximos años antes de reintegrarse a la asamblea
trentina. En 1547 será enviado a Roma como embajador, conociendo en estos
momentos a Pedro Mártir de Anglería. En la capital del Papado desempeñó los
cargos de gobernador y capitán general de
la Toscana, muestra de la importe presencia española
en la península italiana. En 1554 se traslada ya definitivamente a la corte
para formar parte del Consejo de Estado, siendo recompensado con el hábito de
la Orden de Alcántara y con el
marquesado de Mondejar. La posición de don Diego se complicó durante el reinado
de Felipe II, siendo desterrado en primer lugar al castillo de
la Mota y después a Granada,
debido a la complicación de los problemas moriscos en su ciudad natal y a un
incidente con Diego de Leiva. Durante su destierro en Granada escribió
"Guerra de Granada, hecha por el Rey de España D. Phelipe II, nuestro
señor, contra los moriscos de aquel reino, sus rebeldes". Gran poeta,
lleno de emoción y sencillez, pero grandilocuente en su forma y, ambos de
perfección incuestionable. Consiguió regresar a la corte madrileña en 1574
donde falleció el 13 de agosto del año siguiente, legando su copiosa biblioteca
al Real Monasterio de El Escorial.
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