viernes, 26 de septiembre de 2014

MARIA NEGRON UGARTE

MARIA NEGRON UGARTE

Rosa María Negrón Ugarte nació en Trujillo, el 16 de Abril de 1878 Es indudable que tuvo una sólida formación enmarcada con los principios cristianos (en Cristo se apoya y a Él recurre a confesarle su sed y su tormento, tal como lo hace con su "Plegaria a Cristo crucificado") y las motivaciones apropiadas de su hogar permitieron que su gran capacidad intelectual y su resaltante sensibilidad desarrollaran a plenitud, convirtiéndola en valiosa exponente de la mujer peruana. 
Su vida, sin embargo, no fue lo feliz que merecía y esperaba serlo, porque en el amor tuvo que sufrir el doloroso trance de ver morir tempranamente a su novio, con quien se amaban de verdad y cuyo amor fueron pintando ambos en extraordinarias cartas y poemas.
En su hogar fueron nueve hermanos: Maximiliano, Abraham, Genaro, Adriana, Rosa María, Adolfo, Alfredo, Leonidas y Fidencio, a los que después, por la muerte de su tío Santos, se agregaron cuatro primos hermanos y todos se integraron como nacidos del mismo vientre. Todos ellos estuvieron muy unidos por gran cariño y eso los hizo fuertes, pero también por eso cada separación temporal o cada muerte los hizo sufrir profundamente: la muestra de esto es el poema "Fúnebre", en homenaje a su hermano Alfredo.
Al fallecer su padre, de improviso y por un ataque cardíaco, cuando vivían en la Quinta cercana a Trujillo, la situación familiar fue haciéndose cada vez más difícil y llegó el momento en que su madre ya no pudo seguir manejando esa propiedad con la numerosa prole y vióse obligada a vender y emigrar a Cajamarca. Rosa María, pues, atravesó etapas de estrechez económica y dificultades serias por lo que, a veces infructuosamente, buscó apoyo (pidiendo incluso dinero prestado a alguna amiga suya) y hasta tuvo que enfrentar la ingratitud de quienes, en las buenas épocas la llamaron "amiga" y hasta "hermana" pero que en el momento de dificultad le dieron la espalda, tal como lo relata en sus manuscritas confesiones "Desnudeces".
Se desempeñó como Jefa de la oficina de Asistencia social en la hacienda azucarera Chiclín y allí también fue contratada como Profesora de niños (su afán era "enseñar a los moradores de Chiclín a vivir mejor bajo todos los aspectos de la existencia"; efectuaba visitas domiciliarias para guiar a las familias en la superación grupal, inculcándoles todo lo positivo y moral, procurando el cultivo del bien por amor a Dios y no por temor; proporcionaba orientaciones para una alimentación sana, hábitos de limpieza, acciones contra el alcoholismo, prostitución y toda violencia familiar, manejo del presupuesto familiar, guías para una diversión sana, recomendaciones para superar el concubinato hacia una familia estabilizada en el matrimonio, promover la alfabetización y la elevación del nivel cultural, etc.);
Gran parte de su vida la dedicó a los niños, siendo muy importante su trabajo en la hacienda azucarera "Nuestra Señora del Rosario de Chiclín" y en el Callao. Se dedicó mucho a los niños que sufrían de estrecheces vitales o de abandono: por eso dice que cuando está "entre ellos, algo muy dulce siento en mi alma".
En diversas oportunidades elaboró y presentó a instituciones o en eventos especializados importantes trabajos, como: Iniciativas educacionales para la radio, Propuestas de capacitación para las madres del sector popular, La granja escuela agrícola femenina social, Propuestas para programas de alimentación a niños de bajos recursos. También enfocó temas sobre los, asilos, escuelas nocturnas, escuelas en urbanizaciones, vida del indio, labor de las mujeres, iniciativas femeninas, atención social popular, visitas domiciliarias, servicios sociales, liga de madres, Casa del niño, colonias de vacaciones, labor cultural en las escuelas, atención sanitaria: profilaxia en las campiñas de la sierra, Huertos obreros, mutualidad, escuelas laicas en diferentes lugares de la sierra, Atención inmediata caritativa a los enfermos, Por qué los médicos no extienden su atención a los alrededores de la ciudad, Mortalidad infantil, medicina ambulante.
También trabajó en el Callao, en la Sociedad marítima de auxilios mutuos. Fue la creadora y conductora de la llamada "Casa del niño", llegando a conformar un grupo muy eficiente de colaboradores en la misma pues aplicó pautas precisas como: seleccionar para personal a quienes estuvieran atravesando una difícil situación económica "pero que sean honrados a toda prueba"; no aceptó recomendaciones de ningún tipo "pues ello conduce a introducir en una obra a personas ineptas que no corresponden al esfuerzo necesario"; y, tuvo en cuenta a "las madres de familia o hijas cuya necesidad esté constatada" y que reunieran condiciones para desempeñar el servicio para el que se les contratara. En la "Casa del niño" sólo admitía a los menores cuyas madres estaban completamente imposibilitadas de atenderlos, ya sea por enfermedad u otra situación inevitable, pues no era dable que los niños carecieran de las ventajas que proporciona la cercanía de su madre.
Una gran etapa de su vida transcurrió en Cajamarca, esa histórica capital departamental cuyo valle es uno de los más hermosos del Perú, y en el Distrito de Jesús. A Cajamarca se refería como la "ciudad de mis simpatías", haciendo remembranzas de los años que estudió allí y donde conoció las dos caras del amor; también deja constancia de la etapa en que estaba construyéndose la carretera de Cajamarca a Jesús.
Muy preocupada por mejorar las condiciones de vida de la mujer, principalmente de las madres de los sectores populares es que dedicó muchas jornadas de su vida no sólo a ejecutar acción social directa para saciar en algo las necesidades de ese numeroso grupo sino que elaboró propuestas y como conferencista las presentó en eventos diversos y a instituciones o empresas que las hicieran realidad.
Literariamente, su estilo romántico seguía la huella de Gustavo Adolfo Bécquer, José Santos Chocano y otros. Su alma poética hizo brotar poemas de gran calidad, ya desde adolescente
En su autodescripción señala que tenía los ojos negros, reconoce con satisfacción su inteligencia, confiesa su enorme apego a la lectura y el cariño que siente por sus libros ("Hay libros -escribe- muy amados que se contemplan y se besan con mística veneración" y que son "el rocío de las lágrimas, las huellas de una mano querida y la presión indefinida de un beso", pregonando orgullosa "Yo quiero a mis libros y para mí tienen alma"), su inclinación al arte y la belleza.

El deceso de Rosa María Negrón Ugarte se produjo en el Hospital Belén, en Cajamarca, a las nueve y media de la noche del día Viernes 4 de Octubre de 1935, cuando tenía 48 años de edad, y después de haber sido ingresada al nosocomio el viernes 23 de agosto; esto es, luego de 42 días en que la infección conocida como Avispero (ántrax) fue apagándole la vida, inexorablemente.

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