martes, 23 de septiembre de 2014

JUANA DE IBARBOUROU

JUANA DE IBARBOUROU

§            Sus primeros poemas aparecieron en periódicos, principalmente en La Razón, de la capital uruguaya.
§            Su poesía ha enriquecido la literatura de América marcándola con su fuerte y delicada personalidad plena de amor.
§            Se distingue por su expresión sencilla, pero de profundo sentimientos y significado. Por un lenguaje y una forma capaz de ser interpretada por el público en general.
§            Para poder leer e interpretar algunas poetisas hay que ser poeta, pero no en el caso de esta uruguaya. Especialmente en sus tres primeros poemarios donde la alegría de vivir se entrelaza con la melancolía, la naturaleza de los campos con las travesuras de la impaciente juventud.
§            Su estilo inicial fue apasionado y sensual dentro de la órbita modernista, vinculándose luego al vanguardismo.
§            Su verso, con el paso del tiempo, ganó serenidad y melancolía, haciéndola alcanzar el Premio Nacional de Literatura en el año de 1959.
§            Comenzó su larga travesía lírica con los poemarios Lenguas de diamante (1919), El cántaro fresco (1920) y Raíz salvaje (1922), todos ellos muy marcados por el modernismo, que expresó con abundancia de imágenes sensoriales y cromáticas, alusiones bíblicas y míticas, aunque siempre con un acento singular.
§            Su temática tiende a la exaltación sentimental de la entrega amorosa, de la maternidad, de la belleza física y de la naturaleza.
§            Imprimió a sus poemas un erotismo que constituye una de las vertientes capitales de su producción.
§            Poco a poco su poesía se fue despojando del ropaje modernista para ganar en efusión y sinceridad.
§            En La rosa de los vientos (1930) se adentró en el vanguardismo, rozando incluso las imágenes surrealistas.
§            Con Estampas de la Biblia, Loores de Nuestra Señora e Invocación a san Isidro, todos de 1934, iniciará en cambio un camino hacia la poesía mística.

§            Su obra en prosa estuvo enfocada fundamentalmente hacia el público infantil; en ella destacan Epistolario (1927) y Chico Carlo (1944).

No hay comentarios:

Publicar un comentario