domingo, 28 de septiembre de 2014

NICOLÁS COPÉRNICO

NICOLÁS COPÉRNICO

Nicolás Copérnico (Torun, Polonia, 19 de febrero de 1473 - Frombork, 24 de mayo de 1543) fue un astrónomo polaco (Mikolaj Kopernik) que desarrolló el primer modelo matemático heliocéntrico del sistema solar.
Nicolás Copérnico Estudió en la Universidad de Cracovia (1491-94) bajo las directrices del matemático Wojciech Brudzewski. Viajó por Italia y se inscribió en la Universidad de Bolonia, (1496-99), donde estudió Derecho, Medicina, Griego y Filosofía, y trabajó como asistente del astrónomo Domenico da Novara.
En 1500 fue a Roma, donde tomó un curso de matemáticas y astronomía, y en 1501 volvió a su patria y se posesionó como canónigo en la Catedral de Frauenburg, cargo obtenido merced a la ayuda de su tío Lucas Watzenrode.
Pese a su cargo, volvió a Italia, esta vez a Padua (1501-06), para estudiar Derecho y Medicina, haciendo una breve estancia en Ferrara (1503), donde obtuvo el grado de Doctor en Derecho Canónico.
Reinstalado definitivamente en su país (1512), se dedicó a la administración de la diócesis de Warmia , ejerció la Medicina, ocupó ciertos cargos administrativos y llevó a cabo su inmenso y primordial trabajo en el campo de la Astronomía.
Entre los años 1507 y 1515 fue redactando su primera obra sobre Astronomía, conocida como el Comentariolus. La misma circuló en un principio a través de unas pocas copias manuscritas y fue publicada recién en el siglo XIX. En ella expone ya su concepción heliocéntrica. Sin apelar a demostraciones matemáticas, describe el sistema solar señalando la ubicación de los planetas según su distancia respecto del Sol.
El segundo de sus tres escritos astronómicos es del año 1524 y es una crítica al tratado Del movimiento de la octava esfera de Juan Werner de Nüremberg. Si bien lleva por título De octava sphaera, se lo conoce como "Carta a Wapowski". En esta obra Copérnico se abstiene de presentar su propio modelo heliocéntrico, ateniéndose a señalar los errores de método y contenido de la obra criticada.
Entre ese año y 1530 redactó su obra principal, Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes, pero no la publicó. De todos modos, las noticias sobre sus investigaciones y su teoría se fueron filtrando poco a poco. Fue así que, en 1533, la corte papal sometió a discusión sus descubrimientos. En 1536 el cardenal Nicolás Schonberg (procurador general de los dominicos) le propuso que publicara sus descubrimientos. Finalmente Copérnico publicó su obra en 1543, pocos días antes de su muerte, ocurrida el 24 de mayo en Frauenburg (Polonia).
Copérnico había estudiado los escritos de los filósofos griegos buscando referencias al problema del movimiento terrestre, especialmente los pitagóricos y Aristarco de Samos, el cual estableció por primera vez la teoría heliostática. Es preciso centrar el valor real de su obra en el hecho de reimponer teorías ya rechazadas por el sentido común y de darles una estructuración coherente y científica.
La ruptura básica que representaba para la ideología religiosa medieval, la sustitución de un cosmos cerrado y jerarquizado, con el hombre como centro, por un Universo homogéneo e infinito, situado alrededor del Sol, no hizo dudar a Copérnico de publicar su obra, aunque era consciente de que aquello le acarrearía problemas con la Iglesia; desafortunadamente, a causa de una enfermedad que le produjo la muerte, no alcanzó a verla publicada: la primera edición del De Revolutionibus, hecha en Nuremberg con la supervisión de su discípulo G.J. Rheticus, aparece en 1543 (el mismo año de la muerte del autor), con una larga introducción en la que dedica la obra al Papa Pablo III, atribuyendo su motivo ostensible para escribirla a la incapacidad de los astrónomos previos para alcanzar un acuerdo en una teoría adecuada de los planetas y haciendo notar que si su sistema incrementaba la exactitud de las predicciones astronómicas, esto permitiría que la Iglesia desarrollara un calendario más exacto (un tema por entonces de gran interés y una de las razones para financiar la astronomía por parte de la Iglesia).
El 24 de mayo de ese mismo año murió. En 2005 un equipo de arqueólogos de su Polonia natal afirmó haber hallado sus restos en una iglesia del país.

Legado

Copérnico está considerado como el fundador de la astronomía moderna, proporcionando las bases que permitieron a Newton culminar la revolución astronómica, al pasar de un universo geocéntrico a un cosmos heliocéntrico y cambiando irreversiblemente la visión del cosmos que había prevalecido hasta entonces.
Así, lo que se conoce como Revolución Copernicana es su formulación de la teoría heliocéntrica, según la cual, la Tierra y los otros planetas giran alrededor del Sol.

Postulados

Los postulados que inauguran la astronomía heliocéntrica moderna aparecidos en el “Comentariolus” son los siguientes:
­          No existe ningún centro de gravedad de todos los círculos o esferas celestes
­          El centro de la tierra no es el centro del universo, sino tan sólo de gravedad y de la esfera lunar.
­          Todas las esferas giran alrededor del sol como de su punto medio y, por lo tanto, el sol es el centro del universo.
­          La razón entre la distancia de la tierra al sol y la altura del firmamento es a tal punto menor que la razón entre el radio de la tierra y la distancia de ésta al sol, que la distancia de la tierra al sol es imperceptible, si se le compara con la altura del firmamento.
­          Todo movimiento aparente que se percibe en los cielos proviene del movimiento de la tierra, y no de algún movimiento del firmamento, cualquiera que fuere.
­          Lo que nos parece movimiento del sol no proviene del movimiento de éste, sino del movimiento de la tierra y de nuestra esfera, junto con la cual giramos en derredor del sol, lo mismo que cualquier otro planeta.

­          El movimiento aparentemente directo y retrógrado de los planetas no proviene del movimiento suyo, sino del de la tierra. Por consiguiente, el movimiento de la tierra por sí solo para explicar las aparentes anomalías de los cielos.

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