BERNARDO O'HIGGINS RIQUELME
Nació el 20 de agosto de 1778 en Chillán
Viejo. El 23 de julio de 1814, José Miguel Carrera derroca a Francisco de la Lastra y se constituye en
el Presidente de la Junta
de Gobierno. Bernardo O'Higgins se opone y marcha con sus fuerzas hacia
Santiago, siendo derrotado en el combate de Tres Acequias por Luis Carrera en
agosto de 1814.
El 1o. de octubre de 1814 Mariano Osorio
con sus tropas inició el cruce del río Cachapoal y O'Higgins y Juan José
Carrera se refugiaron en la plaza de Rancagua.
Aún cuando O'Higgins tenía menor graduación
que el Brigadier Juan José Carrera, a petición de éste asumió el mando y la
defensa de la plaza, que se encontraba sitiada por las tropas españolas. José
Miguel Carrera acudió con la división de reserva, pero fue rechazada por las
tropas realistas.
Habiendo transcurrido 36 horas desde el
inicio del combate y agotadas las municiones, O'Higgins decidió romper el cerco
y seguido por Ramón Freire Serrano, ordenó montar a caballo y abrirse paso a
través del enemigo ante las atónitas huestes realistas.
Este hecho cerró el período de la Patria Vieja y los
patriotas tuvieron que emigrar a Mendoza para preparar la reconquista.
El 16 de febrero de 1817, después del
triunfo patriota en la Batalla
de Chacabuco, el Cabildo abierto proclamó a Bernardo O'Higgins como Director
Supremo.
Es en la dirección suprema de la nación
donde O'Higgins se revela como un gran estadista al organizar el gobierno en lo
jurídico, educacional, cultural y material y al reglamentar sus funciones,
imponer tributos, y adaptar las leyes de instituciones del régimen colonial, al
principio republicano para establecer un sistema social sobre bases más humanas
e igualitarias.
Tuvo la gran preclara visión de que
cualquier esfuerzo que se hiciera no serviría de nada, mientras el país no
contara con una Escuadra. Después de la magnífica victoria de Chacabuco, el
General Bernardo O'Higgins pronuncia la visionaria frase:
Asimismo vislumbró que el poder de una
Escuadra nacional podría barrer a la armada española del Océano Pacífico y que
sólo entonces las tropas patriotas amparadas por esa fuerza naval,
inmovilizarían a los ejércitos españoles, facilitando su derrota y consolidando
definitivamente la independencia de Iberoamérica.
Con muchos esfuerzos económicos crea la
primera Escuadra Nacional, la
Comandancia de Marina, la Comisaría de Marina, la Infantería de Marina y
los Arsenales Navales.
Da el mando de la primera Escuadra Nacional
al Capitán de Navío Manuel Blanco Encalada, quien zarpa el 10 de octubre de
1818 con cuatro buques con rumbo al sur, con la misión de interceptar y apresar
un convoy enemigo.
La misión tiene éxito y la Escuadra regresa,
habiendo capturado la fragata "Reina María Isabel" y seis transportes
con tropas, demostrando a España que este poder naval emergente ya controlaba
sus aguas.
Luego se da a la gigantesca labor de
organizar y financiar la Expedición Libertadora del Perú, con tropas del
General Juan José de San Martín y Matorras, que habían renunciado a su dependencia
de las Provincias Unidas y se habían puesto a las órdenes del Gobierno de Chile
y con tropas patriotas enroladas por el Gobierno.
Lord Thomas Alexander Cochrane logra
destruir el poder naval español en el Pacífico, logrando el dominio del mar
para la naciente nación.
Obtenida la independencia del Perú, y
habiendo sucedido algunos hechos que empañaron su gobierno, como el
fusilamiento en Mendoza de los hermanos Juan José y Luis Carrera Verdugo, el 8
de mayo de 1818, el asesinato de Manuel Rodríguez Ordaiza, el 26 de mayo de
1818, el fusilamiento en Mendoza de José Miguel Carrera Verdugo, el 4 de
septiembre de 1821, la arbitraria política del Ministro Rodríguez Aldea y de la Logia Lautarina ,
los roces con los otros poderes del Estado, entre otras causas, determinaron el
levantamiento de las provincias pidiendo su dimisión como Director Supremo.
Para evitar derramamiento de sangre,
Bernardo O'Higgins Riquelme abdicó como Director Supremo el 28 de enero de
1823, entregando el poder a una Junta de Gobierno.
Posteriormente se trasladó al Perú
arribando a El Callao el 28 de julio de 1823. Como no disponía de otras
entradas, subsistió con el producto del cultivo de las haciendas Montalván y
Cuiba, que le fueron obsequiadas por el Perú.
Exiliado voluntariamente, aceptó el retorno
a la Patria
que le ofreció el Presidente Manuel Bulnes Prieto y en los febriles
preparativos agotó sus últimas energías. El 24 de octubre de 1842 el Libertador
General Bernardo O'Higgins Riquelme entregó su alma a Dios.
El 11 de enero de 1869, Chile repatria los
restos de su hijo ilustre, cuando las corbetas de guerra "O'Higgins"
, "Esmeralda" y "Chacabuco" recalan a Valparaíso, al mando
del Vicealmirante Manuel Blanco Encalada, trayendo sus restos desde el puerto
de El Callao, para ser sepultados en el Cementerio General.
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