JULIO RAMÓN RIBEYRO
Biografía
Nació en Lima, el 31 de agosto de 1929.
Hijo de Julio Ribeyro y Mercedes Zúñiga, fue el primero de cuatro hermanos (dos
varones y dos mujeres). Venido de una típica familia de clase media, no pasa
mayores apuros económicos y afectivos durante su niñez.
En su niñez vivió en Santa Beatriz, un
barrio de clase media limeño y luego se mudó a Miraflores, residiendo en el
barrio de Santa Cruz, aledaño a la huaca Pucllana. Su educación escolar la
recibió en el colegio Champagnat de Miraflores. La muerte de su padre lo afectó
mucho y complicó la situación económica de su familia.
Pronto el joven Ribeyro da
muestras de su apego a las Letras, y ya para entonces afloran en su mente los
primeros cuentos y relatos propios de su edad, ante el estupor de su familia
que no ve con buenos ojos que se dedique a la literatura, quienes consideran
que el oficio de escritor es denigrante y deshonroso. Para ellos la carrera de
Derecho da mayor estatus y la seguridad de un futuro promisorio.
Sin embargo, estas contradicciones no son
impedimento para que Julio Ramón Ribeyro pronto se vea involucrado en un
círculo de escritores, que suelen publicar sus obras y obsequiarlas
generalmente a sus amigos y familiares, además de presentarlas en bohemios lugares
de la ciudad. Fue allí donde Ribeyro comenzó en realidad su carrera literaria,
frecuentando estos lugares donde sus cuentos y relatos eran escuchados con suma
atención por los concurrentes que, en su mayoría, eran poetas, novelistas,
cuentistas, etc.
El especial carácter de Julio Ramón Ribeyro
tal como los personajes de sus escritos, lo aleja del protagonismo;
acostumbrado a una existencia algo marginal que en cierto modo privilegia. Es
por eso que toma la decisión de separarse de los círculos literarios limeños y
sacudirse de lo que más detesta: La popularidad, la fama.
Enrumba entonces a Europa trasladándose de
un país a otro sin establecerse en un sólo sitio, pasando las desventuras y
miserias que significa estar alejado de su patria, sin conocer a nadie aislado
por el idioma en un itinerario que incluye Francia, Alemania, Bélgica y España.
Finalmente se afinca en París, Francia. Es
el inicio de la década de los sesenta cuando entra a trabajar como periodista
en la Agencia
France-Press , donde permanece hasta 1971, año en que es
nombrado Consejero Cultural del Perú ante la Unesco.
Su vida transcurre entre París y Lima,
específicamente en el distrito de Barranco, donde, cada vez que visita el Perú,
suele recorrer sus antiguas casonas y tradicionales callejuelas junto a sus
mejores amigos, envuelto en largas tertulias, para luego enfrentarse a la
máquina de escribir.
En 1974 se le detecta cáncer, enfermedad
ocasionada claramente por su adicción al cigarro, amigo inseparable en largas
jornadas de creatividad e ingenio que concluyen en cuentos y relatos que
trasuntan lo inimaginable. Sobreviviente de recaídas y cirugías mayores, los
dos últimos años son sin embargo los más felices de su vida, que se apagó el 4
de diciembre de 1994, días después de obtener el premio Juan Rulfo, para muchos
el más importante en habla castellana, distinción que reafirma la resonancia de
su obra no sólo para los peruanos sino para todos los hablantes en lengua
española.
El presidente de México por esa época, Carlos Salinas de
Gortari, en vano lo esperó para el develamiento de la efigie con el busto del
reciente ganador del premio. Su salud se hallaba demasiada quebrantada como
para realizar el largo viaje a tierras aztecas. En su lugar, estuvieron
presentes en el acto su esposa Alida Cordero y su hijo Julio.
Su Obra
Julio Ramón
Ribeyro es un modelo de control artístico y de profundidad, de densidad
simbólica, de buen uso de recursos y técnicas narrativas, destacándose en el
retrato de personajes impregnados de sus peculiaridades más íntimas, con
especial predilección por los marginados y fracasados, víctimas de un orden
social que aniquila toda individualidad.
Entre su
obra destacan:
§
“Los gallinazos sin plumas” ( 1955)
§
“Cuentos de circunstancias” (1958)
§
“Las botellas y los hombres” (1964)
§
“La palabra del mudo” (recapitulación de
cuentos, 1973)
§
“Tres historias sublevantes” (relatos, 1964)
En todas
ellas, Ribeyro se detiene y analiza a la clase media a la que él perteneció,
con todas sus características: el desencanto, la lucha por la supervivencia
cotidiana, la frustración, los sueños no realizados, etc.
Si bien es
cierto que a Ribeyro se le considera un cuentista por antonomasia, sus trabajos
no se alejan del género novelístico. Dentro de ese género encontramos:
§
“Crónica de San Gabriel” (1960) (escrita durante
su estadía en Munich, Alemania)
§
“Los
geniecillos dominicales” (1965)
§
“Cambio
de Guardia” (1976)
Otras obras
de gran importancia en su quehacer literario y que han sido catalogadas como
los diarios íntimos de todas sus vivencias, las observaciones perspicaces de su
entorno, una especie de autorretrato espiritual que reflexiona sobre las
grandezas y vicisitudes de la vida, de su vida, son:
§
“Las prosas apátridas” (1975)
§
“La caza Sutil” (1975)
§
“La tentación del fracaso” (diario personal) (1992
– 1995)
§
“Dichos de Luder” (recopilación) (1989)
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