Alonso Sánchez es el nombre que se le da a un marinero y comerciante, cuya existencia real no está probada, de quien se dice que habría nacido en Huelva (España) a mediados del siglo XV y que habría llegado a América antes de que lo hiciera Cristóbal Colón en 1492, motivo por el cual es también conocido como el Prenauta.
Años después de los viajes de Colón, comenzaron a aparecer escritos
que afirmaban que existía el rumor de que Cristóbal Colón no había sido el
primero en viajar al Nuevo Mundo, aunque los autores consideraban que podía
tratarse de rumores infundados para menoscabar el prestigio del navegante. Es
entonces cuando se empieza a hablar de un piloto anónimo que pudo haber llegado
a las costas americanas, y que le confiaría estos conocimientos a Colón. El
padre Bartolomé de las Casas narra la historia de un navío que se ve envuelto
en una tormenta y es desviado de su ruta original para acabar llegando al Nuevo
Mundo:
"Díjose que una carabela o navío que había salido de
un puerto de España y que iba cargada de mercadería para Flandes o Inglaterra,
o para los tractos, la cual, corriendo terrible tormenta, y arrebatada de la
violencia e ímpetu de ella, vino diz que, a parar a estas islas y que aquesta
fue la primera que las descubrió." (Fray Bartolomé de las Casas)
La primera persona en darle nombre fue el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios
Reales aparecidos en 1609, donde cuenta que había oído la historia cuando era
niño, de boca de viejos conquistadores. De acuerdo con este cronista, Alonso
Sánchez hacía frecuentes viajes a Inglaterra, las islas Canarias y Madeira. En
una travesía entre estos dos últimos lugares en un navío pequeño y con pocos
marineros, fue sorprendido por una tormenta que lo desvió de su ruta y lo llevó
hacia el oeste por aguas desconocidas.
Al cabo de varias semanas y con la embarcación bastante dañada, los
marineros avistaron tierra, una isla que a juicio del cronista podría haber
sido Santo Domingo. Cuando llegó a un puerto extraño construido por los
indígenas, desembarcó con los pocos marineros que le quedaban de la tormenta.
Los indígenas lo recibieron bien porque eran más altos y tenían barba (los
indígenas eran imberbes) y porque su religión les decía que desde el mar
vendrían los dioses. Los indígenas le dieron comida, oro y le ofrecieron a sus
mujeres como regalos. Fue así como Alonso y sus hombres contrajeron la sífilis.
Después de todo esto empezaron a preparar el viaje de vuelta, pasaron
aproximadamente una o dos semanas, y volvieron con un cálculo aproximado de
cuando fueron conducidos por la tormenta. Después de casi un mes atracaron en
la isla de Porto Santo, donde residía Cristobal Colón. Alonso Sánchez, enfermo
y siendo uno de los pocos sobrevivientes, siempre según estas historias orales,
tomaría contacto con el navegante, al que trasladó toda la información que
recogió el marinero.
"Siendo cierto, que el primero, que dio noticia a Cristobal Colón
del Nuevo Mundo, fue Alonso Sánchez de Huelva, marinero natural de
Huelva." (Dr. D. Bernardo Aldrete (1615))
La historia del prenauta Alonso Sánchez fue debatida
durante siglos. Así, en 1762, José Ceballos, Comendador del convento de los
Mercedarios Descalzos de Sevilla, en la censura a una obra sobre historia de
Huelva, da como cierta la historia considerando la fuente del Inca Garcilaso de
la Vega como
original e irrefutable.
En la ciudad de Huelva
son varios los elementos que recuerdan a este navegante: un monumento en los
Jardines del Muelle, obra del escultor León Ortega, el Parque Alonso Sánchez,
un instituto de educación secundaria o un barco de salvamento del puerto.
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