viernes, 19 de septiembre de 2014

ALAN GARCÍA PÉREZ PRIMER GOBIERNO

ALAN GARCÍA PÉREZ PRIMER GOBIERNO DE 


Presidencia de la República (1985-1990)
Alan García Pérez asumió el gobierno en 1985, luego de ganar las elecciones generales de 1985 con un gran apoyo por parte del pueblo debido a su juventud, sus grandes dotes de orador y su aparente radicalismo en la defensa del pueblo peruano, que causaron una gran ilusión en el mismo.
El gobierno de García es controvertido pues, si bien en los primeros años demostró una vitalidad y una autoridad desconocidos en un gobierno del Perú, los resultados de sus políticas, principalmente la económica, fueron duramente criticadas y consideradas por gran parte de la población como la crisis económica más severa que vivió el país.

Gestión económica

Los primeros dos años la fuerte inversión del estado y medidas keynesianas reactivaron la economía, García disfruto entonces de una popularidad record en América Latina. Cuando la capacidad de gasto del estado fue agotada entonces comenzaron múltiples problemas.
La política económica de García incluyó un severo control del tipo de cambio, así como las sobreemisiones de moneda. Igualmente se rechazaron los consejos del Fondo Monetario Internacional y se limitó el pago de la deuda externa al 10% de los ingresos que por exportaciones obtenía el país. Esta decisión causó el retraso en el pago de la deuda externa y que el país fuera declarado como inelegible por el FMI en 1986.

Terrorismo

Otro tema que sacudió el gobierno de García fue la actividad terrorista que se inició durante el anterior gobierno de Fernando Belaúnde Terry pero que alcanzó los picos más altos de violencia en los años de 1986 y 1988. Dentro de este contexto se produjo el caso de la matanza de terroristas amotinados en los distintos centros penitenciarios de Lima el 19 de junio de 1986. (Matanza de las prisiones)
Durante el gobierno de Alan García, junto a la violencia subversiva, que costó miles de vidas, se realizaron actos de represión militar, como la de la matanza de las prisiones y la masacre de decenas de campesinos en el pueblo ayacuchano de Cayara en 1988. Aunque inicialmente García mostró interés en frenar las violaciones a los derechos humanos, tras la matanza de los penales, permitió que continuase la violencia contrasubversiva de las fuerzas armas y se formaron escuadrones de la muerte (Comando Rodrigo Franco), los que amedrentaron a sospechosos de terrorismo y a críticos de la política antiterrorista.
A partir de 1988 y 1989 los grupos terroristas intensificaron su ola de atentados en Lima y varias otras ciudades frente a la impotencia gubernamental.
La controversia se volvió a dar cuando a menos de veinte días de la transferencia al nuevo gobierno, Víctor Polay, "Comandante Rolando" y 47 militantes del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru lograron fugar del penal de "máxima seguridad" Miguel Castro Castro a través de un túnel de 330 metros construido desde fuera del penal.
La construcción contaba con conexiones de agua y desagüe, instalaciones de servicios de alumbrado y un respiradero que facilitaba el trabajo operativo. Por la precisión del diseño del túnel, la policía supuso la participación de personal altamente calificado.
Más allá del hecho mismo, la repercusión obtenida por el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), a nivel nacional e internacional, constituyó un duro cuestionamiento no sólo a la estrategia antisubversiva del gobierno, sino también a la capacidad operativa de las autoridades policiales y penales.
El punto de ruptura de su gobierno fue la intención de estatizar la banca como una forma de controlar la inflación que, a esas alturas (28 de julio de 1987), ya resultaba agobiante. En efecto, los indicadores económicos señalan que el Perú, durante su mandato, llegó a sufrir una hiperinflación de 1,722.00% en 1988 y 2,776.00% en 1989. Para inicios de 1990 estos índices alcanzaron el 2,178.00 %. La devaluación de la moneda fue altísima y durante su gobierno hubo que cambiar dos veces la moneda oficial (Sol e Inti) debido a que quedó rápidamente sin valor. Ello derivó en una gran especulación y en la escasez de productos de primera necesidad.

Actos de corrupción

La crisis se vio agravada por la corrupción generalizada practicada por todas las instancias del gobierno, que llevó a niveles muy altos y que dejó exangüe a la caja fiscal (las reservas monetarias en 1990 se habían reducido a $8 millones) y llevó al colapso de los servicios públicos (cuya expresión más evidente fueron los continuos cortes del servicio eléctrico). Si bien García fue acusado de múltiples y graves cargos de corrupción durante su gobierno y el siguiente (vinculados a narcotráfico, sobornos, malversación de fondos, lavado de dinero e involucramiento en negocios turbios) las denuncias no consiguieron prosperar debido al control y peso político que el Partido Aprísta poseía en el Congreso, siendo finalmente la mayoría archivadas sin llegar a veredicto alguno condenándolo o absolviéndolo.

Oposición y cambio de gobierno

La oposición al gobierno creció significativamente desde el intento de estatización de la banca, una medida que fue sumamente impopular y disparó un enérgico movimiento de protesta de la derecha encabezado por el escritor Mario Vargas Llosa, este movimiento finalmente evolucionaría en la alianza política FREDEMO (que incluía al Partido Popular Cristiano, Acción Popular y al Movimiento Libertad) que postuló sin éxito en las elecciones de 1990 con Vargas Llosa como candidato presidencial. En su último mensaje a la nación, el 28 de julio de 1990, el Congreso no le permitió hablar, interrumpiéndolo constantemente mediante carpetazos y pifias[3]
Estos hechos de inestabilidad económica y terrorismo provocaron el descontento de la población peruana que en las elecciones de 1990 eligió como Presidente a Alberto Fujimori.
La forma en que Alan García gobernó y llevo al país a una crisis irreparable, lo hizo huir del Perú, de la misma manera que hizo Fujimori. Alan al regresar al Perú después de 15 años, no pudo ser juzgado ni procesado puesto que el tiempo para hacer estas acciones había vencido, y el ex-presidente pudo venir como cualquier ciudadano peruano sin crímenes y hasta logra ser presidente nuevamente.

Carrera política tras su presidencia

Cambio de mando

En 1990 García entregó la presidencia dentro de un marco totalmente contrario al de 1985. Su popularidad se encontraba muy baja y en la ceremonia de entrega de mando a Alberto Fujimori, después de entregar la banda presidencial al presidente del Congreso, tal como lo establece el protocolo oficial, García abandonó el hemiciclo del Congreso y no presenció el primer mensaje de su sucesor.

Acusaciones

En 1991 fue juzgado de una acusación constitucional de enriquecimiento ilícito, archivándose el caso en febrero de 1992 por considerarse inconsistente la denuncia. Debe resaltarse que Cambio 90 y el Partido Aprista votaban en contra de cualquier investigación o no propiciaban que las mismas fueran minuciosas. Al año siguiente fue nombrado Secretario General del APRA.

Autogolpe y exilio en Francia

El 5 de abril de 1992, Alberto Fujimori dio el Auto Golpe. Alan García se exilió en Colombia, acompañado por su amigo de confianza Jorge Del Castillo y poco después se estableció en Francia, en donde viviría los siguientes años.([60]) García no regresó al país hasta el año 2001. Sobre él pendían denuncias penales respecto a su supuesta responsabilidad en la matanza de los penales y de enriquecimiento ilícito, pero habían preescrito sin habérsele podido probar nada.


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