De la biografía de Arquímedes, gran matemático e ingeniero, a quien
Plutarco atribuyó una «inteligencia sobrehumana», sólo se conocen una serie de
anécdotas. La más divulgada la relata Vitruvio y se refiere al método que
utilizó para comprobar si existió fraude en la confección de una corona de oro
encargada por Hierón II, tirano de Siracusa y protector de Arquímedes, quizás
incluso pariente suyo. Hallándose en un establecimiento de baños, advirtió que
el agua desbordaba de la bañera a medida que se iba introduciendo en ella; esta
observación le inspiró la idea que le permitió resolver la cuestión que le
planteó el tirano. Se cuenta que, impulsado por la alegría, corrió desnudo por
las calles de Siracusa hacia su casa gritando «Eureka! Eureka!», es decir, «¡Lo
encontré! ¡Lo encontré!».
Escribió varias obras las cuales se han ordenado según la época en que
fueron escritas:
1. Esfera y cilindro.
2. Medida del círculo.
3. Gnoides y esferoides.
4. Espirales.
5. Equilibrio de los planos y sus centros de gravedad.
6. Cuadratura de la parábola.
7. El arenario.
8. Cuerpos flotantes.
9. Los lemas.
10. El método.
La idea de Arquímedes está reflejada en una de las proposiciones
iniciales de su obra Sobre los cuerpos flotantes, pionera de la hidrostática;
corresponde al famoso principio que lleva su nombre y, como allí se explica,
haciendo uso de él es posible calcular la ley de una aleación, lo cual le
permitió descubrir que el orfebre había cometido fraude.
Según otra anécdota famosa, recogida por Plutarco, entre otros,
Arquímedes aseguró al tirano que, si le daban un punto de apoyo, conseguiría
mover la Tierra ;
se cree que, exhortado por el rey a que pusiera en práctica su aseveración,
logró sin esfuerzo aparente, mediante un complicado sistema de poleas, poner en
movimiento un navío de tres mástiles con su carga.
Son célebres los ingenios bélicos cuya paternidad le atribuye la
tradición y que, según se dice, permitieron a Siracusa resistir tres años el
asedio romano, antes de caer en manos de las tropas de Marcelo; también se
cuenta que, contraviniendo órdenes expresas del general romano, un soldado mató
a Arquímedes por resistirse éste a abandonar la resolución de un problema
matemático en el que estaba inmerso, escena perpetuada en un mosaico hallado en
Herculano.
Esta pasión de Arquímedes por la erudición, que le causó la muerte,
fue también la que, en vida, se dice que hizo que hasta se olvidara de comer y
que soliera entretenerse trazando dibujos geométricos en las cenizas del hogar
o incluso, al ungirse, en los aceites que cubrían su piel. Esta imagen
contrasta con la del inventor de máquinas de guerra del que hablan Polibio y
Tito Livio; pero, como señala Plutarco, su interés por esa maquinaria estribó
únicamente en el hecho de que planteó su diseño como mero entretenimiento
intelectual.
El esfuerzo de Arquímedes por convertir la estática en un cuerpo
doctrinal riguroso es comparable al realizado por Euclides con el mismo
propósito respecto a la geometría; esfuerzo que se refleja de modo especial en
dos de sus libros: en los Equilibrios planos fundamentó la ley de la palanca,
deduciéndola a partir de un número reducido de postulados, y determinó el
centro de gravedad de paralelogramos, triángulos, trapecios, y el de un
segmento de parábola. En la obra Sobre la esfera y el cilindro utilizó el
método denominado de exhaustión, precedente del cálculo integral, para
determinar la superficie de una esfera y para establecer la relación entre una
esfera y el cilindro circunscrito en ella. Este último resultado pasó por ser
su teorema favorito, que por expreso deseo suyo se grabó sobre su tumba, hecho
gracias al cual Cicerón pudo recuperar la figura de Arquímedes cuando ésta
había sido ya olvidada.
Es cierto que los conocimientos y descubrimientos matemáticos de
Arquímedes son notables; sin embargo, son tal vez más importantes sus aportes y
descubrimientos hechos en la
Física ".
En efecto, fuera del principio de la hidrostática ya nombrado
anteriormente y de cuya importancia no es necesario insistir, inventó un
sistema de poleas, el torno, la rueda dentada, el tornillo sinfín y una serie
de por lo menos cuarenta inventos. Entre ellos es curioso mencionar un tornillo
sinfín que se usaba para extraer el agua que había entrado a un barco, a los campos
inundados por el Nilo, etc. En el campo militar se le debe la invención de
catapultas, de garfios movidos por palancas para inventos mecánicos y ópticos
logró defender durante tres años a Siracusa que estaba sitiada por los romanos.
Dícese que empleando espejos "ustorios" que son espejos cóncavos de
gran tamaño, logro concentrar los rayos solares sobre la flota romana
incendiándola. Finalmente, el año 212 cayó Siracusa en manos de los romanos
siendo Arquímedes asesinado por un soldado a pesar de haber ordenado el cónsul
Marcelo respetar la vida del sabio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario