SAN JUAN CRISOSTOMO
Nació en Antioquía (Siria), en el año 347. En aquel entonces, dicha
ciudad era la segunda más importante del Imperio Romano de Oriente. Comenzó
estudios con el filósofo Andragatio y continuó con Libanio, que entonces era un
famoso orador y el más ferviente partidario del feneciente paganismo romano.
Un encuentro con el obispo Meletio resultó decisivo en la vida de
Juan, quien comenzó a estudiar teología con Diodoro de Tarso (uno de los
líderes de la antigua escuela de Antioquía) mientras mantenía un ascetismo
extremo.
Crisóstomo fue siempre un admirador de un monasticismo activo y
utilitario y se pronunció contra los peligros de una contemplación ociosa. En
381 fue ordenado diácono por Meletio de Antioquía y en 386 fue ordenado
sacerdote por el obispo Flaviano I de Antioquía.
Con el transcurso del tiempo Crisóstomo llegó a ser el sucesor de
Flaviano I. Durante su misión como obispo mostró gran preocupación por las
necesidades espirituales y materiales de los pobres. También se pronunció en
contra de los abusos de los poderosos y de la propiedad personal.
A la muerte de Nectario el 27 de septiembre de 397 fue instituido de
cierta forma en contra de su voluntad como metropolitano de Constantinopla (por
su calidad de villa imperial, el metropolitano de Constantinopla recibió
posteriormente el título de Patriarca). Para poder abandonar la ciudad de
Antioquía, en donde era tan querido, una escolta militar tuvo que acompañarlo
para así evitar la conmoción del pueblo.
Sus esfuerzos por reformar la Iglesia de Constantinopla chocaron con la
oposición de los poderosos y del clero corrupto y tuvieron poco éxito aunque
incrementaron su popularidad entre las personas comunes. Su estancia en
Constantinopla resultó muy difícil.
Se puede decir que Crisóstomo se caracterizó por la falta de tacto y
temeridad al denunciar las ofensas de las instancias superiores y su actidud
condujo a que se creara una alianza en su contra entre Eudoxia, Teófilo y el
clero molesto quienes convocaron un sínodo en 403 y acusaron a Crisóstomo de
favorecer las enseñanzas de Orígenes. El sínodo (llamado "de la Encina ") se pronunció
por la deposición de Crisóstomo.
Cuando el papa Inocencio supo las circunstancias de la deposición de
Crisóstomo presentó su protesta pero no fue escuchado. Crisóstomo continuó
escribiendo cartas que resultaban de gran influencia dentro de Constantinopla,
se determinó desterrarlo a un extremo fronterizo cerca del Cáucaso. No obstante
este nunca llegó a su nuevo destino porque murió en el viaje el 14 de
septiembre de 404. Sus últimas palabras fueron: Doxa to theo panton eneken
(Gloria a Dios por todo) [Palladius, xi. 38]. El 27 de enero de 438 su cuerpo
fue trasladado a Constantinopla y enterrado en la Iglesia de los Apóstoles
donde yacía Eudoxia desde el 404.
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