miércoles, 1 de octubre de 2014

NICOLÁS COPÉRNICO

NICOLÁS COPÉRNICO


Está considerado como el artífice del renacimiento de la astronomía. Huérfano de padre cuando Nicolás tenía sólo 10 años, quedando a cargo de su tío Lucas Watzelrode, canónigo y futuro Príncipe-Obispo de Warmia, quien le posibilitó una excelente educación y una vida sin preocupaciones materiales.
A partir de 1513, desarrolla la teoría matemática que permite realizar cálculos planetarios basados en el sistema heliocéntrico. El sistema geocéntrico de Ptolomeo, desarrollado en el siglo II, era el modelo de universo aceptado en tiempos de Copérnico. La idea de un sistema heliocéntrico había sido discutida en la antigüedad por los griegos (Aristarco lo propuso en el siglo III a.C.) pero había sido desechada porque la física aristotélica no podía aceptar el movimiento de la Tierra. Hacia los años veinte del siglo XVI, envió a algunas personalidades conocidas suyas manuscritos que versaban sobre la arquitectura del sistema planetario y en los cuales se postulaba que la Tierra gira alrededor de su eje y que ésta y los planetas se mueven alrededor del Sol; ideas éstas, que no había llegado tanto por mediciones y observaciones, sino que más bien por razonamientos teóricos.

En 1533 escribió su primer libro, el «Commentariolus», un bosquejo de sus hipótesis sobre los movimientos celestes. Esta obra tuvo excelente acogida en los círculos oficiales de la Iglesia y en 1536 el Cardenal Schönberg insta a Copérnico a escribir un tratado donde se presente su teoría detalladamente.

En 1539 recibe Copérnico la visita en Frauenburg de un joven matemático alemán Georg Joachim von Lauchen, también conocido como Rético o Rheticus. Este lo motiva para completar su obra y le ayuda en su preparación.


Rético permaneció dos años en Frauenburg trabajando con Copérnico. En 1540, difunde el primer informe sobre las investigaciones copernicanas, la «Narratio prima» . Desgraciadamente, no pudo ayudar en las últimas etapas de impresión del tratado en la ciudad alemana de Wittenberg, dejándolo en manos de Andreas Osiander quién, sin una autorización expresa de Copérnico y sin firmarlo, agregó un prólogo al libro en el que expresa que el sistema heliocéntrico es un artificio útil para el cálculo de posiciones planetarias, pero no es necesario que sea cierto, ni siquiera probable. Ese no era el punto de vista de Copérnico quien sin duda creía en la verdad de su hipótesis. Desgraciadamente Copérnico recibió una copia del libro en su lecho de muerte. El libro titulado «De Revolutionibus Orbium Coelestium» apareció en marzo de 1543 y Copérnico falleció el 24 de mayo del mismo año. Con Nicolás Copérnico, su Sabiduría e intuición, se cierra la Edad Media en ciencias y a se inician los Tiempos Modernos. Su brillante libro es el punto de partida de una nueva era para las formas de hacer ciencia, pese a que con la primitiva teoría copernicana no se podían obtener predicciones precisas de los movimientos planetarios. Copérnico se vio, además, obligado a introducir gran número de epiciclos para que la teoría coincidiera hasta cierto punto con los hechos. El problema, como hoy sabemos, estribaba en que Copérnico se limitó a órbitas circulares.

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