domingo, 19 de octubre de 2014

GREGORIO NACIANZO

SAN GREGORIO NACIANZO

Obispo y Padre Griego. Proclamado Doctor de la Iglesia en el año 1568 por el papa San Pío V. Gregorio Nacianceno o Nacianzo (329 - 25 de enero del 389), también conocido como Gregorio de Nacianzo o Gregorio el Teólogo, fue un obispo cristiano del siglo IV de Constantinopla. Era el hijo de Gregorio y Nonna. Es honrado como santo por la Iglesia Católica y como Doctor de la Iglesia. También es un santo en gran estima de la Iglesia Ortodoxa.
Gregorio tiene el título de Gregorio el Teólogo por parte de la Iglesia Ortodoxa, título que comparte con Juan el Apóstol, igualmente conocido como Juan el Teólogo. Sin embargo, 'teólogo' en este contexto significa más cristológico que lo que hoy en día se esperaría. Es muy citado por los teólogos de la Iglesia Ortodoxa y se le tiene alta estima como defensor de la fe cristiana.
Además de varios discursos teológicos, Gregorio también fue uno de los más importantes hombres letrados del cristianismo primitivo, un orador pleno, tal vez el mayor de su época, y también un poeta prolífico, habiendo escrito muchos poemas con materia teológica y moral y algunos de contenido biográfico, sobre sí mismo y sobre sus amigos
Educación  [editar]Al inicio estudiaba en su casa natal en la ciudad capadócica de Nacianzo, con su tío San Anfilokios. Después estudió en Nacianzo (en donde su padre, Gregorio, era obispo), Cesarea Macaza, Capadocia, Alejandría y Atenas. Estando en Atenas, hizo amistad con San Basilio de Cesarea así como también conoció a Juliano, el futuro Emperador que los polemistas cristianos denominarían Juliano el Apóstata. Al terminar su educación, enseñó retórica en Atenas por un breve período.
En el año 361, Gregorio regresa a Nacianzo y es ordenado presbítero (sacerdote). Posteriormente Basilio lo hace Obispo de Sasima. En el año 378, el Concilio de Antioquía pide a Gregorio que vaya a Constantinopla como obispo, ya que el anterior había muerto. Gregorio, lo mismo que Basilio, se atiene rigurosamente en la exposición de dogmas a la Sagrada Escritura y tradición, de forma que sus escritos son valiosos testimonios del estado de la fe en la Iglesia griega de aquel tiempo.
Admite un solo Dios, sin principio y sin causa que no puede ser limitado por ningún otro anterior a Él ni por nadie que le siga. Es un Dios repleto de eternidad, infinito.

El Espíritu Santo es igualmente Dios; por su medio confiesa Gregorio haber conocido a Dios. Es tan claramente Dios, que Él hace Dios a las personas de aquí abajo. No es Hijo, pero no está fuera del ámbito de la divinidad invisible sino que tiene una gloria igual a la del Padre y del Hijo. Para Gregorio el pecado es una especie de muerte puesto que destruye la posibilidad de la vida en el más allá. La suerte del juicio depende de la vida llevada aquí abajo. Luego de su muerte, el cuerpo de San Gregorio fue sepultado en Nacianzo. Sus reliquias fueron transferidas a Constantinopla en el año 950, a la iglesia de los Santos Apóstoles. 

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