viernes, 3 de octubre de 2014

RAÚL PORRAS BARRENECHEA

RAÚL PORRAS BARRENECHEA

Nacido en Pisco, Perú, el 23 de marzo de 1897 y fallecido en Lima el 27 de septiembre de 1960, Raúl Porras Barrenechea se inició como profesor universitario dictando el curso de Literatura castellana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estudió en los colegios "San José de Cluny y Sagrados Corazones, e ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1912. Con Guillermo Luna Cartland editó la revista "Alma latina" (1915) y formó parte del Conversatorio Universitario (1919). Se incorporó al Ministerio de Relaciones Exteriores en 1919 y continuó en él casi toda su vida También se dedicó a la docencia desde 1923, en colegios primeramente, y luego en la Universidad de San Marcos, desde 1928, y también en la Universidad Católica del Perú, desde 1933.
Publicó numerosos artículos, folletos y libros. Asimismo, realizó ediciones críticas de importantes obras de la cultura peruana. Entre los libros podemos citar "Historia de los límites del Perú" (1926); "El Congreso de Panamá, 1826" (1930); "Pequeña antología de Lima" (1935); "El cronista indio Felipe Guaman Poma de Ayala" (1948); "Mito, tradición e historia del Perú" (1951); "Fuentes históricas peruanas" (1954); "El Inca Garcilaso en Montilla" (1955); "El paisaje peruano, de Garcilaso A Riva Agüero" (1955); "Cartas del Perú, 1524-1543" (1959). Póstumamente han aparecido, entre otros: "Antología del Cusco" (1961); "Los cronistas del Perú" (1962); "Los ideólogos de la emancipación" (1974); "Pizarro" (1978).
La dimensión internacional de la obra de Raúl Porras es fundamental. Así, podemos recordar el reconocimiento multánime que recibió al organizar y presidir el Primer Congreso Internacional de Peruanistas, en 1951, conmemorando también el cuarto centenario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a la que estuvo ligado toda su vida, aunque nunca ostentó en ella dignidades de autoridad universitaria, que le fueron siempre mezquinadas, como a Jorge Basadre Grohmann y Julio C. Tello.
También es indispensable recordar que durante su gestión como canciller se promovió la histórica declaración de los países garantes, rechazando el planteamiento ecuatorianode nulidad del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro.
Su actuación internacional culminante, literalmente, fue su discurso en la Octava Reunión de Consulta de Ministros de relaciones Exteriores de los Estados Americanos el 23 de agosto de 1960, en Costa Rica, pronunciado pocos días antes de su muerte. Allí fue ovacionado y ampliamente felicitado por el esplendor de su palabra y la hondura de su pensamiento, en defensa del principio de no intervención ante el asedio a la revolución cubana. Reproducimos el final de dicho discurso:
"Confiemos, como en el Evangelio de San Lucas, en que podamos andar juntos sin represión y que en ese alto plano de amistad podamos convertir los corazones de los rebeldes a la prudencia de los justos, para bien de América y de la Humanidad" —raúl Porras Barrenechea
Como profesor, tenía un auditorio ferviente, que se dejaba llevar por sus lecciones de peruanidad. Mario Vargas Llosa ha escrito un comentario al respecto. También en el parlamento donde fue senador de 1956 a 1962, pronunció discursos memorables que felizmente han sido recogidos en el libro "Raúl Porras, parlamentario".
Como pocos de los historiadores peruanos, Porras supo combinar en beneficio del lector o del oyente las calidades históricas y literarias. Debemos resaltar nuevamente no sólo la calidad de su magisterio oral, sino su influencia y alcances que llegaron a miles de alumnos.
Si bien Porras fue historiador, crítico, diplomático, hombre de letras y periodista, sin duda la vocación de su vida fue la enseñanza. En la cátedra universitaria, en el aula escolar, en los seminarios y conversatorios, transmitió a varias generaciones su saber histórico. En el congreso peruano, un recinto lleva su nombre.
Porras ha legado para la posteridad libros como sus "Crónicas perdidas, presuntas y olvidadas sobre la conquista del Perú", "Mito, tradición e historia del Perú", "Fuentes históricas peruanas". Este último mereció el premio nacional otorgado a los estudios históricos.
Otra de las obras importantes es El Inca Garcilaso en Montilla que aportó una valiosa información documental para esclarecer un extenso lapso de vida del autor de Los Comentarios Reales. Porras descubrió la casa de Garcilaso en Montilla, donde vivió hasta los 52 años. Estos aspectos de la biografía del inca no eran conocidos hasta 1949-50 cuando el historiador, por entonces embajador del Perú en España, se dirigió personalmente a Montilla para una tarea de investigación.
Su fase diplomática
Su ingreso como bibliotecario al Ministerio de Relaciones Exteriores en 1922, marca el inicio de su vida diplomática. Desde entonces no hubo problema internacional a cuya solución no ofreciera las luces de su inteligencia lúcida y rotunda que marcó siempre rumbos firmes y definidos a la Cancillería peruana.
En la cuestión de Leticia con Colombia le tocó a Porras desempeñar un papel destacado como asesor de los delegados peruanos que trataron en Río de Janeiro los términos de un arreglo que no soslayara importantes aspectos históricos del litigio.
Durante las acciones militares de 1941 en la frontera con el Ecuador, la oficina de Raúl Porras, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, centralizó los despachos del frente y los vertía a los medios de difusión con los comentarios y aclaraciones que eran necesarios para ilustrar a los lectores.

El embajador Raúl Porras Barrenechea fue Ministro de Relaciones Exteriores del 4 de abril de 1958 al 14 de octubre de 1960.

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