Franz Kafka
Nació en
Praga, 3 de julio de 1883. Su obra, que nos ha llegado en contra de su voluntad
expresa, pues ordenó a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que, a su
muerte, quemara todos sus manuscritos, constituye una de las cumbres de la
literatura alemana y se cuenta entre las más influyentes e innovadoras del
siglo XX.
En la línea de la
Escuela de Praga, de la que es el miembro más destacado, la
escritura de Kafka se caracteriza por una marcada vocación metafísica y una
síntesis de absurdo, ironía y lucidez. Ese mundo de sueños, que describe
paradójicamente con un realismo minucioso, ya se halla presente en su primera
novela corta, Descripción de una lucha, que apareció parcialmente en la
revista Hyperion, que dirigía Franz Blei.
En 1913, el editor Rowohlt accedió a publicar su primer libro, Meditaciones,
que reunía extractos de su diario personal, pequeños fragmentos en prosa de una
inquietud espiritual penetrante y un estilo profundamente innovador, a la vez
lírico, dramático y melodioso. El estallido de la Primera Guerra
Mundial y el fracaso de un noviazgo en el que había depositado todas sus
esperanzas señalaron el inicio de una etapa creativa prolífica. Entre 1913 y
1919 Franz Kafka escribió El Proceso, La Metamorfosis y La Condena y publicó El
chófer, que incorporaría más adelante a su novela América, En la
colonia penitenciaria y el volumen de relatos Un médico rural.
En 1920 abandonó su empleo, ingresó en un sanatorio y, poco tiempo
después, se estableció en una casa de campo en la que escribió El Castillo;
al año siguiente Kafka conoció a la escritora checa Milena Jesenska-Pollak, con
la que mantuvo un breve romance y una abundante correspondencia, no publicada
hasta 1952.
La existencia atribulada y angustiosa de Kafka se refleja en el
pesimismo irónico que impregna su obra, que describe, en un estilo que va desde
lo fantástico de sus obras juveniles al realismo más estricto, trayectorias de
las que no se consigue captar ni el principio ni el fin. Sus personajes,
designados frecuentemente con una inicial (Joseph K o simplemente K), son
zarandeados y amenazados por instancias ocultas.
Los elementos fantásticos o absurdos, como la transformación en
escarabajo del viajante de comercio Gregor Samsa en La metamorfosis, introducen
en la realidad más cotidiana aquella distorsión que permite desvelar su propia
y más profunda inconsistencia, un método que se ha llegado a considerar como
una especial y literaria reducción al absurdo. Su originalidad irreductible y
el inmenso valor literario de su obra le han valido a posteriori una posición
privilegiada, casi mítica, en la literatura contemporánea.
Murió en Austria en un sanatorio el 3 de junio de 1924. Su cuerpo fue
llevado a Praga, donde fue enterrado el 11 de junio del mismo año
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