VÍCTOR HUGO
Nació en Besanzón, Francia, 26 de febrero
de 1802, escritor francés. La infancia de Víctor Hugo transcurrió en Besançon.
De temprana vocación literaria, ya en 1816 escribió en un cuaderno escolar: «Quiero
ser Chateaubriand o nada».
En 1819 destacó en los Juegos
Florales de Toulouse y fundó el Conservateur littéraire, junto con sus hermanos
Abel y Eugène, pero su verdadera introducción en el mundo literario se produjo
en 1822, con su primera obra poética: Odas y poesías diversas. En el
prefacio de su drama Cromwell (1827) proclamó el principio de la
«libertad en el arte», y definió su tiempo a partir del conflicto entre la
tendencia espiritual y el apresamiento en lo carnal del hombre.
Pronto considerado como el jefe de filas
del Romanticismo, el virtuosismo de Víctor Hugo se puso de manifiesto en Las
Orientales (1829), que satisfizo el gusto de sus contemporáneos por el
exotismo oriental. La censura de Marion Delorme retrasó su aparición en la
escena teatral hasta el estreno de Hernani (1830), obra maestra que
triunfó en la
Comédie Française.
En 1830 inició una fase de singular
fecundidad literaria, en la cual destacaron, además de distintos libros de
poesía, su primera gran novela, Nuestra Señora de París, y el drama Ruy
Blas. En 1841 ingresó en la Academia Francesa pero, desanimado por el rotundo
fracaso de Los burgraves, abandonó el teatro en 1843.
Entregado a una actividad política cada vez
más intensa, Víctor Hugo fue nombrado par de Francia en 1845. El 17 de julio de
1851 denunció las ambiciones dictatoriales de Luis Napoleón y, tras el golpe de
Estado, huyó a Bélgica. Si bien es cierto que no publicó ninguna obra entre
1843 y 1851, concibió su novela Los miserables y compuso numerosos poemas que
aparecieron posteriormente.
En 1852 se instaló, con su
familia, en Jersey (Reino Unido), de donde pasó en 1856 a Guernesey. Allí
permaneció, en su propiedad de Hauteville-House, hasta 1870. Republicano
convencido, denunció sin tregua los vicios del régimen conservador de su país y
en 1859 rechazó la amnistía que le ofrecía Napoleón III.
De este exilio de veinte años nacieron Los
castigos, brillante sarta de poesías satíricas, la trilogía de El fin de
Satán, Dios y La leyenda de los siglos, ejemplo de poesía
filosófica, en la que traza el camino de la humanidad hacia la verdad y el bien
desde la época bíblica hasta su tiempo, y su novela Los miserables,
denuncia de la situación de las clases más humildes.
De vuelta a París, tras la
caída de Napoleón III (1870), Víctor Hugo fue aclamado públicamente y elegido
diputado. Fue derrotado en los comicios siguientes, pero en 1876 obtuvo el
escaño de senador de París, posición desde la que defendió la amnistía de los
partidarios de la Comuna.
Sin embargo, desengañado por la política, regresó a
Hauteville-House (1872-1873).
El ritmo de su producción disminuía, pero
su prestigio se acrecentaba sin cesar: un banquete conmemoró el quincuagésimo
aniversario de Hernani; en 1881, su cumpleaños fue celebrado oficialmente y los
senadores, en la tribuna, se levantaron sin excepción en su honor. A su muerte
en París el 22 de mayo de 1885, el gobierno francés decretó un día de luto
nacional y sus restos fueron trasladados al Panteón. Considerado como uno de
los mayores poetas franceses, su influencia posterior sobre Baudelaire, Rimbaud
e incluso Mallarmé y los surrealistas es innegable.
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