lunes, 22 de febrero de 2016

SISTEMA DE TRABAJO A DOMICILIO EN LA EDAD MODERNA

En la Edad Moderna económicamente fue el tránsito del feudalismo al capitalismo por los cambios estructurales que en ella se produjeron. A nivel económico:
­            Fortalecimiento de la propiedad privada frente a la comunal,
­            Aumento de las transacciones comerciales debidas a un aumento del consumo de la población en general por cambios de hábitos, gustos, necesidades,…, abarcando la especulación comercial en todos los sectores,
­            Internacionalización de las redes económicas. Comercio y circulación de capitales a nivel “global”,
­            Búsqueda de la maximización del beneficio a través de dirigir la producción para satisfacer las demandas de la población,
­            Separación entre los medios de producción y el trabajo (sistema de trabajo a domicilio y la fábrica, un empresario pone el dinero y la técnica y otros trabajan)
El impacto dinamizador que tuvo la guerra sobre la economía de esta etapa fue muy importante. Es cierto que contribuyó en gran medida a la “destrucción” de Europa pero no sólo desarrolló la metalurgia con la fábrica de armas metálicas (cañones, por ejemplo), también el empleo del textil para los uniformes, (en su mayoría elaborados por sistema de trabajo a domicilio, que desarrollo la industria interior alemana), barcos armados para el traslado de tropas y la vigilancia de mares y costas y sobre todo la reconstrucción de las ciudades centroeuropeas.
Creció una industria rural fuertemente conectada con los mercaderes de las ciudades, es lo que se ha denominado industria a domicilio, la cual organiza su producción en pequeños talleres familiares tanto en el campo como en las urbes, cuyos trabajadores son propietarios de los talleres, desarrollando las actividades manufactureras a tiempo parcial compaginándolas con actividades agrícolas-ganaderas. Pero lo más singular del sistema a domicilio era el mercader-empresario (el verlager), un comerciante o gran fabricante de la ciudad que se encargaba de entregar la materia prima (lana fundamentalmente, seda e incluso metales) a los talleres familiares, establecido con ellos relaciones de dependencia, donde lo transformaban, posteriormente la recogía y la comercializaba; este proceso podía realizarse tanto entre el medio rural y luego en la urbe o realizarlo todo en el medio rural, lo más común era que el trabajo final de elaboración especializada se realizará en la ciudad (teñido o el acabado de los tejidos) completándose así con los gremios. Esto creaba una relación campo/ciudad que perduró en Europa hasta el proceso de industrialización del S. XIX.
No tiene reglamentación, sólo se regia por la ley de la oferta y la demanda, la ley del mercado, muy distinto de la estructura monolítica gremial totalmente reglamentada.
Sistema dominante que se extiende por toda Europa, su única finalidad era ganar dinero, sistema claramente capitalista, un salario para el trabajador, sin más incentivos con la única condición de la ley del mercado en virtud de las circunstancias económicas.
El sistema de subcontratación ya existía en la Edad Media, alcanzando gran auge por el aumento de las exportaciones y del comercio interior, el mundo rural escapa del control gremial, de las reglamentaciones y los salarios son más bajos.
Auge económico motivado por el aumento poblacional que estimula el mercado, la ampliación hacia nuevos mercados con el ensanchamiento del mundo; esta industria empuja no sólo a la industria textil, sin que en también a la minería, la metalurgia, la imprenta, industria papelera y maderera; en algunas ocasiones el mercader no solo proporcionaba a los trabajadores la materia prima sino también los medios de producción, actuando no sólo ya como mercader-empresario sino también como financiero, siendo un elemento clave para el proceso económico. Estos contactos informales fortalecieron sistemas de clientelismo, el crédito en la Edad Media era un reforzamiento de una relación social, siendo la propia Iglesia también financiera, pues también necesitaba de adeptos y de ampliar su área de influencia.
El crecimiento económico en la Edad Moderna, no fue a partir de grandes firmas, sino de pequeñas familias que van a ir extendiendo redes de comunicación; sistema que actualmente se está estudiando para el auge del Tercer Mundo.
Los Fugger, los Medicis, los Grimaldo…, fueron una excepción y no la regla según los nuevos estudios historiográficos, gran diversificación del mercado, más importante este modelo económico siendo una gran industria o gran firma, como las compañías de las Indias inglesas y holandesas.
Surgió en las pequeñas ciudades o en núcleos rurales del sur de los Países Bajos un nuevo tipo de producción textil que se conoce globalmente como “nuevas pañerías”. Se trataba de unas telas que se confeccionaban con lana más basta, por lo que se adaptaron muy bien a la nueva corriente de importación de lana española en sustitución de la cada vez menos frecuente materia prima inglesa. Pero, además, al ser poco o nada abatanadas, se utilizaba menos lana en su tejido. Por tanto, eran unas telas más ligeras y mucho más baratas. Por sus características se ajustaban muy bien a las regiones que tenían un clima más templado. Pero al permitir también la confección de modelos más complejos y decorativos, al tener mayor facilidad en el tintado, utilizando colores claros para que retuvieran el calor, acabaron imponiéndose igualmente en los mercados del Norte. Se trataba, pues, de un producto que gozaba de un mercado en expansión, al poder ser adquirido por un mayor número de consumidores y ser capaz de satisfacer las tendencias de la moda. Pero, además, al localizarse su producción en el medio rural o en pequeñas ciudades, libres de reglamentación gremial, la nueva pañería, facilitó la difusión del domestic system.
Las nuevas pañerías se difundieron sobretodo por Artois, Hainauth y Brabante, teniendo su centro más importante en Hondschoote. Sin embargo los conflictos derivados de la revuelta contra la Monarquía Hispánica provocaron la destrucción de la mayor parte de los centros de producción, provocando una intensa emigración de empresarios y artesanos que difundieron el nuevo tipo de producción en las zonas en las que se asentaron. Entre ellas destacó el norte de los Países Bajos, en donde Leiden se convirtió en el centro de las nuevas pañerías holandesas. Sin embargo, fue Inglaterra donde la influencia más intensa. Este país había logrado consolidar en la Baja Edad Media una poderosa industria pañera que absorbía la práctica totalidad de la materia prima producida por su ganadería.
Durante la primera mitad del siglo XVI aquella se afianzó, ya que las exportaciones inglesas de paños, se doblaron aproximadamente. Sin embargo, entre 1550 y 1564, se produjo una disminución del nivel de las exportaciones, estabilizándose luego durante el resto de la centuria.
Quizás la competencia ejercida por la nueva pañería que se estaba desarrollando en Flandes contribuyese a explicar dicha inflexión; en todo caso, la posterior afluencia de refugiados procedentes de aquella zona fue el determinante de la enorme difusión que tuvo en el tipo de producción a partir de la década de 1560. Al localizarse sobretodo en el sudeste del país, la influencia de los grandes mercados de la zona favoreció la implantación del domestic system; de esta forma, las nuevas pañerías, denominadas estambrados, fueron adquiriendo un peso cada vez mayor en las exportaciones de paños ingleses, contribuyendo ya cerca de la cuarta parte de su valor a principios del siglo XVII.


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