SISTEMA DE TRABAJO A DOMICILIO EN LA EDAD MODERNA
En la Edad
Moderna económicamente fue el tránsito del feudalismo al
capitalismo por los cambios estructurales que en ella se produjeron. A nivel
económico:
Fortalecimiento de la propiedad privada frente a la
comunal,
Aumento de las transacciones comerciales debidas a un
aumento del consumo de la población en general por cambios de hábitos, gustos,
necesidades,…, abarcando la especulación comercial en todos los sectores,
Internacionalización de las redes económicas. Comercio
y circulación de capitales a nivel “global”,
Búsqueda de la maximización del beneficio a través de
dirigir la producción para satisfacer las demandas de la población,
Separación entre los medios de producción y el trabajo
(sistema de trabajo a domicilio y la
fábrica, un empresario pone el dinero y la técnica y otros trabajan)
El impacto dinamizador que tuvo la guerra sobre la economía de esta
etapa fue muy importante. Es cierto que contribuyó en gran medida a la
“destrucción” de Europa pero no sólo desarrolló la metalurgia con la fábrica de
armas metálicas (cañones, por ejemplo), también el empleo del textil para los
uniformes, (en su mayoría elaborados por
sistema de trabajo a domicilio, que desarrollo la industria interior
alemana), barcos armados para el traslado de tropas y la vigilancia de mares y
costas y sobre todo la reconstrucción de las ciudades centroeuropeas.
Creció una industria rural fuertemente conectada con los mercaderes de
las ciudades, es lo que se ha denominado industria
a domicilio, la cual organiza su producción en pequeños talleres familiares
tanto en el campo como en las urbes, cuyos trabajadores son propietarios de los
talleres, desarrollando las actividades manufactureras a tiempo parcial
compaginándolas con actividades agrícolas-ganaderas. Pero lo más singular del
sistema a domicilio era el mercader-empresario (el verlager), un comerciante o
gran fabricante de la ciudad que se encargaba de entregar la materia prima
(lana fundamentalmente, seda e incluso metales) a los talleres familiares,
establecido con ellos relaciones de dependencia, donde lo transformaban,
posteriormente la recogía y la comercializaba; este proceso podía realizarse
tanto entre el medio rural y luego en la urbe o realizarlo todo en el medio
rural, lo más común era que el trabajo final de elaboración especializada se
realizará en la ciudad (teñido o el acabado de los tejidos) completándose así
con los gremios. Esto creaba una relación campo/ciudad que perduró en Europa
hasta el proceso de industrialización del S. XIX.
No tiene reglamentación, sólo se regia por la ley de la oferta y la
demanda, la ley del mercado, muy distinto de la estructura monolítica gremial
totalmente reglamentada.
Sistema dominante que se extiende por toda Europa, su única finalidad
era ganar dinero, sistema claramente capitalista, un salario para el
trabajador, sin más incentivos con la única condición de la ley del mercado en
virtud de las circunstancias económicas.
El sistema de subcontratación ya existía en la Edad Media , alcanzando
gran auge por el aumento de las exportaciones y del comercio interior, el mundo
rural escapa del control gremial, de las reglamentaciones y los salarios son
más bajos.
Auge económico motivado por el aumento poblacional que estimula el
mercado, la ampliación hacia nuevos mercados con el ensanchamiento del mundo;
esta industria empuja no sólo a la industria textil, sin que en también a la
minería, la metalurgia, la imprenta, industria papelera y maderera; en algunas
ocasiones el mercader no solo proporcionaba a los trabajadores la materia prima
sino también los medios de producción, actuando no sólo ya como
mercader-empresario sino también como financiero, siendo un elemento clave para
el proceso económico. Estos contactos informales fortalecieron sistemas de
clientelismo, el crédito en la
Edad Media era un reforzamiento de una relación social,
siendo la propia Iglesia también financiera, pues también necesitaba de adeptos
y de ampliar su área de influencia.
El crecimiento económico en la Edad Moderna , no fue a partir de grandes firmas,
sino de pequeñas familias que van a ir extendiendo redes de comunicación;
sistema que actualmente se está estudiando para el auge del Tercer Mundo.
Los Fugger, los Medicis, los Grimaldo…, fueron una excepción y no la
regla según los nuevos estudios historiográficos, gran diversificación del
mercado, más importante este modelo económico siendo una gran industria o gran
firma, como las compañías de las Indias inglesas y holandesas.
Surgió en las pequeñas ciudades o en núcleos rurales del sur de los
Países Bajos un nuevo tipo de producción textil que se conoce globalmente como
“nuevas pañerías”. Se trataba de unas telas que se confeccionaban con lana más
basta, por lo que se adaptaron muy bien a la nueva corriente de importación de
lana española en sustitución de la cada vez menos frecuente materia prima
inglesa. Pero, además, al ser poco o nada abatanadas, se utilizaba menos lana
en su tejido. Por tanto, eran unas telas más ligeras y mucho más baratas. Por
sus características se ajustaban muy bien a las regiones que tenían un clima
más templado. Pero al permitir también la confección de modelos más complejos y
decorativos, al tener mayor facilidad en el tintado, utilizando colores claros
para que retuvieran el calor, acabaron imponiéndose igualmente en los mercados
del Norte. Se trataba, pues, de un producto que gozaba de un mercado en
expansión, al poder ser adquirido por un mayor número de consumidores y ser
capaz de satisfacer las tendencias de la moda. Pero, además, al localizarse su
producción en el medio rural o en pequeñas ciudades, libres de reglamentación
gremial, la nueva pañería, facilitó la difusión del domestic system.
Las nuevas pañerías se difundieron sobretodo por Artois, Hainauth y
Brabante, teniendo su centro más importante en Hondschoote. Sin embargo los
conflictos derivados de la revuelta contra la Monarquía Hispánica
provocaron la destrucción de la mayor parte de los centros de producción,
provocando una intensa emigración de empresarios y artesanos que difundieron el
nuevo tipo de producción en las zonas en las que se asentaron. Entre ellas
destacó el norte de los Países Bajos, en donde Leiden se convirtió en el centro
de las nuevas pañerías holandesas. Sin embargo, fue Inglaterra donde la
influencia más intensa. Este país había logrado consolidar en la Baja Edad Media una
poderosa industria pañera que absorbía la práctica totalidad de la materia
prima producida por su ganadería.
Durante la primera mitad del siglo XVI aquella se afianzó, ya que las
exportaciones inglesas de paños, se doblaron aproximadamente. Sin embargo,
entre 1550 y 1564, se produjo una disminución del nivel de las exportaciones,
estabilizándose luego durante el resto de la centuria.
Quizás la competencia ejercida por la nueva pañería que se estaba
desarrollando en Flandes contribuyese a explicar dicha inflexión; en todo caso,
la posterior afluencia de refugiados procedentes de aquella zona fue el
determinante de la enorme difusión que tuvo en el tipo de producción a partir
de la década de 1560. Al localizarse sobretodo en el sudeste del país, la
influencia de los grandes mercados de la zona favoreció la implantación del
domestic system; de esta forma, las nuevas pañerías, denominadas estambrados,
fueron adquiriendo un peso cada vez mayor en las exportaciones de paños
ingleses, contribuyendo ya cerca de la cuarta parte de su valor a principios
del siglo XVII.
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