DIVERSIDAD
CULTURAL DEL MUNDO

En la Tierra existen alrededor de
6000 grupos étnicos con características espirituales, materiales y emocionales
distintivas, tales como un sistema de valores, de creencias, o un estilo de
vida con el cual afrontar las vicisitudes de la vida. Ello determina una
particular forma de ver e interpretar el mundo, que es transmitida, a su vez,
de una generación a otra. La diversidad cultural es, por tanto, un hecho
irrefutable, y el Mediterráneo, un buen ejemplo de esa confluencia de culturas
y nudo de civilizaciones que intenta convivir y sobrevivir en el tiempo, tal y
como se recoge en los textos programáticos de este Congreso.
La
diversidad cultural suele expresarse en términos de variación taxonómica: de
modos de vida, de valoración y utilización de los recursos naturales, etc., y
es una característica definitoria de los ecosistemas maduros. Enmarcada en
estos principios ecológicos, la cultura necesariamente ha de entenderse como
una estructura dinámica, condicionada por el conjunto de los múltiples factores
contextuales donde se inserta, y en permanente proceso de transformación. En
este sentido, la cultura y su expresión diversa tienen una dimensión como
proceso (evolutivo), y otra como resultado, es decir, como fuente de expresión,
creación e innovación.
Si bien
la diversidad cultural ha sido una constante a lo largo de la historia de la
humanidad, en la actualidad se manifiesta asociada a una serie de fenómenos
como la política de la identidad, el proceso de globalización o los flujos
migratorios.
En
contextos muy diversos de todo el mundo los grupos humanos vuelven a
movilizarse en torno a antiguos resentimientos étnicos, religiosos, raciales o
culturales y exigen, por una parte, el reconocimiento y la valoración de su
identidad, y por otra, justicia social. Ello determina que, tanto a nivel
nacional como internacional, la diversidad se sitúe en el centro de una serie de
debates en torno a tópicos como la cohesión social, el desarrollo sostenible,
las relaciones intergrupales, o los procesos de opresión.
Importancia
La
diversidad cultural, que ha adquirido una notable relevancia en la actual
sociedad del conocimiento, es sólo una forma más de manifestarse una diversidad
más amplia, la ecológica, a la que hoy se le atribuye un papel fundamental en
el funcionamiento general de los ecosistemas.
La importancia de estos temas para una convivencia en paz, justa y
solidaria, y la presencia de movimientos que amenazan la libertad cultural,
viene generando en la comunidad internacional una mayor sensibilidad en torno
al respeto por la diversidad, la tolerancia y el diálogo. Uno de los frutos de
este proceso de concienciación fue la Declaración Universal
sobre la
Diversidad Cultural , en la que se la considera patrimonio
común de la humanidad y su defensa un imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana.
Hacer frente a la diversidad cultural será, por ello, uno de los desafíos más
importantes del presente siglo.
Esta
puesta en valor de la diversidad cultural se está consolidando en los distintos
niveles y sistemas sociales tales como la política, la educación, el trabajo,
el arte, el ocio, etc. En el ámbito educativo, por ejemplo, la educación
intercultural es ya un instrumento de primer orden en la construcción de nuevos
modos de relación entre los diversos grupos humanos y sus culturas, en un mundo
donde primen la cohesión, la solidaridad y la cooperación. En esa misma línea, la UNESCO , a su vez, atribuye
a la formación superior un papel fundamental para comprender, interpretar,
preservar, reforzar, fomentar y difundir las culturas nacionales y regionales,
internacionales e históricas, en un contexto de pluralismo y diversidad
cultural. Hablamos, por tanto, de un sistema educativo que responda
simultáneamente a las exigencias de la integración mundial y nacional y a las
necesidades concretas de comunidades culturalmente distintas, lo que favorecerá
una conciencia de la diversidad y el respeto a los demás.
Se señala la importancia de la diversidad cultural para la lucha por
el respeto pleno a los derechos humanos y libertades fundamentales de quienes
son explotados, discriminados,
reprimidos y despojados por el sistema actual, basado en la acumulación de
capital de unos cuántos a costa de la miseria de las mayorías.
La diversidad cultural se manifiesta no sólo en las diversas formas en
que se expresa, enriquece y transmite el patrimonio cultural de la humanidad
mediante la variedad de expresiones culturales, sino también a través de
distintos modos de creación artística, producción, difusión, distribución y
disfrute de las expresiones culturales, cualesquiera que sean los medios y
tecnologías utilizados.
La diversidad cultural debe considerarse como parte de la
biodiversidad. Al igual que la diversidad genética o de especies, algunos
atributos de las culturas humanas (por ejemplo, el nomadismo o la rotación de
los cultivos) representan "soluciones" a los problemas de la
supervivencia en determinados ambientes. Además, al igual que otros aspectos de
la biodiversidad, la diversidad cultural ayuda a las personas a adaptarse a la
variación del entorno. La diversidad cultural se manifiesta por la diversidad
del lenguaje, de las creencias religiosas, de las prácticas del manejo de la
tierra, en el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de
los cultivos, en la dieta y en todo número concebible de otros atributos de la
sociedad humana.
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